jueves, 21 de marzo de 2024

11- Pequeñas muertes

Me animaría a decir que morí aún antes de nacer.
Ya lo dijo la cigarra: "Tantas veces me mataron, tantas veces me morí...", sin embargo, si estoy aquí, es porque sobreviví a cada una de esas ¿pequeñas muertes?
Pero la gran muerte, la determinante, la reveladora, empezó a nacer cuarenta años después de mi primer respiro.
Sí, las muertes también nacen.
Familia italiana, católica, no ortodoxa, pero  regida bajos los mandatos eclesiásticos:
lo que Dios permite, lo que Dios cuestiona o lo que es peor; lo que Dios castiga.
Las primeras cuatro décadas de mi vida podría resumirla en una sola frase: Viví como se debe.
Siempre fuí íntimamente inquieta, sabía, en lo profundo de mí, que no era por ahí.
Un día, después de tanta búsqueda,  la filosofía llegó a mi vida y con ella Sartre y Nietzsche y con ellos todas las preguntas posibles.
No reconocer mi atracción por personas de mi mismo género me llevó años de autorepresión, hasta que un día, casada, con tres hijos y una mochila cargada de incertidumbres, las barreras se levantaron y abrí mi propio candado.
Entender que el amor no es cuestión de cuerpos sino de almas que se reconocen, fue lo más liberador que me pasó en estas cincuenta y dos vueltas al sol que llevo dadas.
El acompañamiento de mis hijos y  su papá, sin juicios, me enseñó más que todos los años de escolaridad.
Amar sin límites me hizo verdaderamente libre y desde entonces resumo mi vida en otra frase: ahora vivo como quiero. 

Lala 🪷

lunes, 11 de marzo de 2024

Nadie se salva sol@ Poesía con amig@s

Mar duda 

La duda tirita de frío, pero no hay que abrigarla.

La vez que le presté mi suéter, jamás ha sido devuelto.

La duda es una pregunta retórica.

Duda lleva acento en desamor, pero es tácito.

El mar duda no tiene orillas; el hombre más alto del mundo murió ahogado apenas arrimó los pies.

 

Duda y certeza son dos costas del mismo mar.

En una se bañan los heridos empedernidos y en otra,

sólo aquellos que reconocen la herida antes de que sangre

y la sirven en verso.


Si me preguntan,

yo veraneo en mar certeza

porque, alguna vez,

naufragué en mar duda.

 

La certeza no tiene olas; pero como soy poeta y no surfista, tampoco las necesito.

Brenda Heredia 🌊
@brendiheredia


 

9 - Mi sentencia

Lo contrario del amor
no es el odio, me decías,
es la indiferencia.
Y te encargaste
desde el primer segundo, 
durante días,
por meses,
en todos estos años,
de hacerme sentir ese mandato.
Pero ahora
que dejaste de jugar a los fantasmas, 
que pongo tu nombre en las redes
y te encuentro.
Que todavía busco
porque sigo sin entender,
descubro
en contra de tu sentencia,
que lo opuesto al amor
es el olvido.
Y que muy a tu pesar,
en cada boa que se trague a un elefante
y en todas las rosas,
voy a habitar en tu memoria.

Lala 🌹